Basílica

«Salve Rita, recipiente de amor, esposa afligida de Cristo, tú naces de las espinas del Salvador hermosa como una rosa»

Todo comienza con un sueño: poder recibir en Casia a los devotos de santa Rita procedentes de todo el mundo. Para realizarlo, en 1937 la beata madre Maria Teresa Fasce, abadesa del Monasterio de Santa Rita, pretendió que se construyera una Basílica dedicada a la Santa de los casos imposibles.

La Urna de Santa Rita

Ante la Urna, centro de la devoción a santa Rita, se elevan las oraciones de todos los fieles que confían su vida a la Santa de los imposibles.

Meta de peregrinación, la Urna de 1930 contiene el cuerpo de santa Rita, que fue colocado aquí el 18 de mayo de 1947.
En los cuatro lados externos del arca que la contiene están representadas las virtudes cardinales: templanza, fortaleza, justicia, prudencia.

Urna de Santa Rita
«Posuisti in capite eius corona» –Una corona colocada sobre su cabeza

El exterior de la Basílica de Santa Rita

Engarzada en la Colina de San Agustín, la fachada tiene un revestimiento blanco cándido de mármol travertino de Tívoli.
Diez bajorrelieves enmarcan el portal de entrada y representan los episodios más importantes de la vida de la Santa: Rita con las abejas, Rita les enseña a sus hijos a rezar, muerte del marido, entrada al Monasterio, prueba de la obediencia, Rita religiosa dona el pan a los pobres, Rita recibe el estigma, la peregrinación a Roma, las rosas y los higos en invierno, el tránsito.

Fachada de la Basílica
La incisión dice:
«Salve Rita, recipiente de amor, esposa afligida de Cristo, tú naces de las espinas del Salvador, hermosa como una rosa»

Salve Rita vas amoris, sponsa Christi dolorosa tu de spinis Salvatoris pulchra nasceris ut ros

Incisión en la fachada de la Basílica

El interior de la Basílica de Santa Rita

El interior de la Basílica de Santa Rita de Casia, con forma de cruz griega, está constituido por una cúpula central y cuatro grandes ábsides.

Las columnas sostienen la tribuna reservada a la oración de las monjas
agustinas. Las vidrieras son de Armando Marrocco.

Los frescos de la cúpula central son de Luigi Montanarini: la paloma, símbolo del Espíritu Santo, destaca en el centro mientras a su alrededor irradia la gloria de los santos agustinos.

En el ábside principal el presbiterio está adornado con esculturas de bronce de Giacomo Manzù: el tabernáculo, los paneles-ramas de olivo, la mesa del altar, el crucifijo, el ambón y la lámpara eucarística.
Los frescos son de Luigi Filocamo.

El ábside de entrada está adornado por los frescos de Silvio Consadori y por el altar lateral de San José con el Niño Jesús, realizado por Cesarino Vincenzi.

En el ábside de la Asunción resplandece el fresco de Gisberto Ceracchini. La Virgen asciende al cielo rodeada por ángeles en fiesta, que agitan lirios.

La pala sobre el altar de Giuseppe Valerio Egger representa a la Virgen de la Consolación, sentada en el trono con el Niño sobre las rodillas mientras, al costado, san Agustín y santa Mónica reciben la correa, símbolo de la familia agustina.

El ábside de santa Rita fue pintado al fresco por Ferruccio Ferrazzi («Santa Rita en la Gloria»). En el centro está el Cristo Juez, sentado en el trono con una cruz luminosa detrás de Él. A sus pies, santa Rita apoya dulcemente la cabeza sobre las rodillas del Salvador; humilde y confiada, intercede para obtener gracia y misericordia para sus devotos.

¡Grandes peregrinaciones! ¡Sacerdotes y fieles
todos los días! Aquí es siempre fiesta.

La beata madre Teresa Fasce

Madre Teresa Fasce

Abadesa del Monasterio por más de veinte años, fue la monja revolucionaria que, con todas sus fuerzas, quiso hacer de Casia la ciudad que hoy conocemos.

A comienzos de los años veinte del siglo veinte, en Casia existía solo una pequeña iglesia dedicada a santa Rita. La madre Fasce no poseía ningún capital, ni grande ni pequeño, necesario para iniciar la revolución en Casia.

La madre Maria Teresa usa un periódico: lo llama «De las abejas a las rosas».
Es a través de sus páginas que la madre Fasce lanza la idea de construir un nuevo templo. Una idea descabellada para un pueblo pobre y pequeño como Casia.

Para encontrar los fondos necesarios, la madre Fasce se dirigió al papa Pío XI que, en 1934, le ofreció a su técnico, el ingeniero Monseñor Spirito Maria Chiappetta, presidente de la Pontificia Comisión para el arte sacro en Italia.

El 20 de junio de 1937 el Cardenal Enrico Gasparri puso la primera piedra. Solo diez años después se produjo la consagración del edificio como iglesia: era el 18 de mayo de 1947. Fue erigida como Basílica por Pío XII el 1.º de agosto de 1955.

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